DUELO COMPLICADO
- Mario Fernández

- 3 ago
- 6 Min. de lectura

…Cuando el dolor no se va...
“El duelo no es un signo de debilidad, ni una falta de fe. Es el precio del amor”
(Dr. Earl Grollman)
Bienvenido de nuevo a una de nuestras entradas en el blog. Hoy vamos a hablar de un tema delicado, profundo, un tema que muchas personas sufren en silencio y que si no evoluciona favorablemente puede tener efectos negativos en nuestra salud y bienestar. Estoy seguro que has sufrido alguna pérdida de un familiar, amigo, conocido o incluso de un animal de compañía. Perder a un ser querido es una de las experiencias más duras de la vida. El duelo es un proceso natural de adaptación del ser humano, un proceso natural que nos permite seguir adelante con nuestra vida, es decir, es normal sentirse mal por la pérdida del ser querido, pero con el tiempo aprendemos a vivir sin dolor. Pero hay ocasiones en que ese proceso se complica, se atasca o se convierte en una herida que no cicatriza, en ese punto podemos decir que tenemos un “duelo complicado”.

Antes de continuar, debemos entender que es un duelo normal. El duelo es un período de tiempo en la que la persona pasa por diferentes etapas que finalmente permitirá aceptar la pérdida de un ser querido.
Según la descripción de Kübler-Ross podemos identificar 5 fases:
1.- Negación

La mente se protege de la pérdida negando su realidad. Aparece en los primeros instantes, ¿Reconoces esta fase? La persona no cree que sea real lo que está viviendo
2.- Ira

Asumimos la pérdida, pero aparece la rabia: contra uno mismo, los médicos, Dios, el destino... Es una forma de expresar nuestro dolor y buscamos un culpable para sentirnos mejor
3.- Negociación

En esta fase buscamos acuerdos con algo imposible: “Si dejo de hacer esto…”, “Si hubiera actuado antes...”. En esta etapa experimentamos sentimientos como la culpa o esperanza. Estamos ante un mecanismo de defensa donde la persona intenta revertir lo ocurrido dentro de su mente
4.- Depresión

Aparece una tristeza profunda, a veces se acompaña de desesperanza o aislamiento por parte del afectado. Es una de las etapas clave, aquí es donde nos enfrentamos a nuestro dolor y se comienza a digerir la situación
5.- Aceptación

No significa que la persona esté “bien”, que ya ha superado todo el proceso, sino que ha encontrado una manera de convivir con la pérdida. Es cuando comienza a experimentar
calma y tranquilidad.
¿Reconoces estas fases? ¿Has pasado por todas ellas? Si te encuentras en alguna de las fases, paciencia, ya has visto que es algo natural, deja que el tiempo actúe y poco a poco te irás sintiendo mejor. Si llevas mucho tiempo con este proceso y no llegas a sanar, puede que tengamos que profundizar más en el tema. ¡Vamos allá!
Vamos a ver de qué se trata el título de nuestra entrada
El duelo complicado es una forma persistente e intensa de duelo que impide a la persona retomar su vida con normalidad. No lo confundamos con una sensación de tristeza que dura más de lo que podemos considerar normal, el “duelo complicado” es sentirse atrapado en un sufrimiento constante, una sensación de vacío o desesperanza que no mejora con el tiempo, incapacita a la persona para continuar con su vida normal, incluso meses o años después de la pérdida.
Desde el punto de vista más técnico, para poder diagnosticar esta situación se debe cumplir una serie de situaciones:
Debe haber pasado más de 12 meses desde la muerte del ser querido (En caso de que lo sufra un niño o adolescente, el tiempo se reduce a 6 meses)
La persona no acepta la pérdida, es decir, se mantiene en la primera fase del duelo (Negación)
Hay un anhelo intenso por el fallecido, acompañado de un continuo sufrimiento emocional
Los sentimientos negativos afectan a la vida diaria de la persona. ¡Importante para poder identificar esta situación!
¿Qué provoca esta situación?

Es complicado encontrar una causa a nuestro problema, normalmente se produce por la suma de muchos factores, vamos a enumerar los más frecuentes, puede que te ayude a identificar que ha producido esta situación:
Pérdidas traumáticas o repentinas. Podemos incluir pérdidas provocadas por accidentes, suicidios, la muerte de un hijo...
Tener un vínculo muy estrecho con la persona fallecida o ser dependiente de ella
Haber sufrido durante tu vida períodos de depresión, ansiedad o traumas no resueltos
Falta de apoyo social o encontrarnos en un estado de aislamiento
Sentir culpa o tener conflictos no resueltos con la persona fallecida
¿Te has identificado con alguna situación? Puede que te ayude a comenzar a entender tu sufrimiento
Ahora vamos a ver qué sentimientos son muy comunes
Si sufres un duelo complicado, los sentimientos más comunes que puedes encontrar son:
Culpa persistente. Sentimos una culpa constante por cosas hechas, mal hechas o simplemente, no hechas
Rabia o resentimiento. Este tipo de sentimiento puede incluso que se dirija hacia el fallecido
Negación o incredulidad. Como hemos visto antes, no aceptamos la realidad, la negamos
Ansiedad intensa ante la idea de "olvidar" o "traicionar" al ser querido al seguir adelante. Sentirse “mal” por encontrarte “bien”, es un sentimiento muy frecuente, debes pensar como querría tu familiar o amigo que te sintieras en este momento, seguro que querría que estuvieras feliz y no triste y mal
Soledad profunda y sensación de vacío. Este sentimiento es normal tenerlo cuando ocurre la pérdida, pero si se alarga en el tiempo es patológico
Todo lo anterior que hemos descrito puede estar mezclado con síntomas depresivos, dificultad para conciliar o mantener el sueño, dificultad para concentrarse, disminución del apetito o incluso pensamientos de no querer vivir sin la persona perdida.
Hemos hablado de sentimientos y sensaciones, pero ¿Qué efectos tiene en nuestro cuerpo?
El duelo complicado no sólo afecta a la mente: el cuerpo sufre las consecuencias. Somos del pensamiento que la mente tiene un gran poder en la salud física. Cuando no existe la salud mental, es difícil tener una buena salud física.
Vamos a ver cómo afecta el duelo complicado:
Alteraciones del sistema inmunológico. La depresión, sentimientos negativos o de angustia provocan que nuestro sistema de defensa se encuentre alterado, por tanto, somos más propensos a contraer enfermedades
Cambios hormonales. Estos cambios afectan al sueño, al apetito y disminuyen la energía. En las mujeres afectan incluso al período, alterando su calendario
Mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y dolor crónico. Un estado de ansiedad o depresión provoca la secreción de varias sustancias que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares
En personas mayores, si la pérdida es la pareja, se ha demostrado que sufrir un duelo complicado aumenta el riesgo de mortalidad. En Cuidado Íntegro tenemos esto muy presente, por lo que insistimos en reconocer esta situación pronto y actuar de inmediato
¿Qué creemos que podemos hacer para ayudar?
Si tú o alguien cercano está sufriendo un duelo que no mejora, te damos una serie de consejos para salir de ahí:
Pide ayuda profesional. Existen psicólogos especializados en duelo, debemos buscar ayuda especializada. Somos conscientes de que puede ser una carga económica muy grande acceder a especialistas, pero con tu salud o la de tu familiar debemos hacer un esfuerzo por mantenerla sana
Escribe lo que sientes. Escribir los sentimientos en un papel ha demostrado ser de gran ayuda. Los sentimientos deben ser escuchados, acumularlos irán desgastándote. Si no quieres contarlos, escribirlos ayuda a desahogarte y sentirte mejor
Mantén vínculos personales. No te aísles. Habla, comparte recuerdos, permite que te acompañen durante el proceso. El ser humano es un ser social, aislarte va en contra de su naturaleza, sólo harás que dificultar la sanación
Permítete vivir. Seguir adelante no es olvidar, es honrar al ser querido encontrando una forma nueva de vivir con su ausencia. A todos nos gustaría poder disfrutar de nuestros seres queridos toda la vida, pero la muerte es parte de la vida y es inevitable. Cuanto antes aceptemos esto, antes sanaremos. Disfrutar de la vida es un derecho y un deber, te mereces disfrutarla tanto como tu ser querido desearía que lo hicieras si siguiera vivo
Evita el juicio. En este proceso no existen normas escritas, cada persona tiene un duelo diferente, permítete vivirlo a tu manera sin crear juicios sobre ello. No hay una forma correcta de llorar, ni un tiempo exacto para "pasar página"
El duelo complicado es más común de lo que imaginamos, pero es silencioso, incomprendido y solitario. Si estás leyendo esto y te sientes identificado, queremos que sepas que no estás solo. El amor que sentiste merece ser transformado en algo que dé vida, no que te la quite.
Si en algún momento necesitas ayuda o te gustaría que hablemos contigo o con alguien que está pasando por un duelo, escríbenos, estaremos encantados de escucharte.
Si conoces a alguien que puede ayudarle nuestra publicación, compártela para poder ayudarle a sanar.
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