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Cómo hablar con una persona mayor con deterioro cognitivo sin frustrarse


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Cuidar a una persona mayor con deterioro cognitivo no solo implica ayudarle en su día a día, sino también aprender a comunicarnos de una forma diferente. Quien vive esta situación sabe que las conversaciones pueden volverse confusas, repetitivas o incluso tensas. A veces, la persona repite la misma pregunta varias veces, se enfada sin motivo aparente o responde con frases que no tienen mucho sentido


Esto puede provocar que el cuidador, agotado y casi siempre con poco tiempo, sienta frustración. Por lo tanto, si es tu caso, no te preocupes porque pasa a menudo. En esta entrada te ayudaremos mediante consejos a intentar evitar esa frustración y comprender a nuestro paciente

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Hay que ser consciente de una cosa muy importante, “Detrás de cada palabra confusa sigue estando la misma persona, con sus emociones intactas y una gran necesidad de sentirse comprendida y acompañada”. Debemos aprender a comunicarnos desde la calma y la empatía, con esta actitud puede cambiar completamente la relación y hacer que el cuidado diario sea más llevadero para ambos

Para comprenderlo mejor, vamos a organizar cada consejo por puntos:


1. Habla despacio, con frases sencillas y mensajes concretos

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Cuando una persona tiene deterioro cognitivo, le cuesta más procesar la información. Por este motivo, es fundamental hablar despacio, usando frases cortas y directas. 


En lugar de decir: “Vamos a ir al médico, pero antes hay que cambiarte, coger el abrigo y bajar al coche” Podemos dividir el mensaje: “Vamos al médico” - “Vamos a cambiarnos” -  “Cogemos el abrigo”


Esta forma de hablar permite que la persona comprenda mejor lo que se espera de ella y se sienta menos confundida o presionada. Además, es importante mantener un tono de voz tranquilo, sin prisas ni reproches, porque las emociones también se perciben en la forma en que hablamos


2. Mira a los ojos y apóyate en los gestos

 

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El contacto visual y los gestos ayudan a mantener la atención y a reforzar lo que se dice de manera verbal. Muchas veces, las palabras por sí solas no bastan, pero una mirada amable o un gesto pueden transmitir calma y confianza


Por ejemplo, si quieres que beba agua, señala el vaso mientras lo nombras; si va a vestirse, muestra la ropa con una sonrisa. Este tipo de comunicación no verbal reduce la confusión y hace que la persona se sienta acompañada y no dirigida por órdenes


3. Evita corregir o contradecir constantemente

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Una de las situaciones más frustrantes para el cuidador es cuando la persona dice cosas incorrectas o confunde recuerdos. Sin embargo, corregirla una y otra vez no suele ayudar. Al contrario, puede generarle más inseguridad o hacer que se sienta reprochada


Vamos a verlo con un ejemplo; dice “Hoy viene mamá” y su madre falleció hace años, en lugar de contestar “No, mamá ya no vive”, podemos responder: “Te acuerdas mucho de ella, ¿verdad?”


Este tipo de respuestas validan la emoción sin confrontar la realidad. Lo importante no es “corregir el dato”, sino conectar con lo que siente


4. Valida sus sentimientos, aunque la situación no sea real

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Las personas con deterioro cognitivo pueden vivir momentos de desorientación o confusión. Para ellas, esas vivencias son reales, aunque no lo sean para nosotros. Si sienten miedo, tristeza o enfado, necesitan sobre todo comprensión


Se ve mejor con un ejemplo; dice “Quiero irme a casa” estando ya en su casa. En lugar de insistir “¡Pero si ya estás en casa!”, podemos decir; “Parece que te sientes un poco confusa. Estoy aquí contigo, no sientas miedo”


Validar la emoción les devuelve serenidad y evita discusiones innecesarias


5. No discutas ni intentes imponer la razón

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Somos conscientes que el deterioro cognitivo afecta a la capacidad de razonar y recordar, por lo que discutir con la persona solo aumenta la tensión. En lugar de intentar que “entienda” algo, es mejor cambiar suavemente de tema o redirigir la atención hacia una actividad agradable


Por ejemplo, si insiste en que “hay que ir al trabajo”, podemos responder; “Sí, pronto iremos. Pero antes ayúdame con esto”. Esto hará que su atención se centre en la tarea que nosotros queremos, olvidando la anterior insistencia


Desviar la conversación hacia una acción cotidiana mantiene la calma y evita enfrentamientos que no llevan a nada


6. Usa rutinas y repite las mismas palabras cada día

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La rutina da seguridad y reduce la ansiedad. Este efecto ocurre a todas las personas, nos sentimos más cómodos cuando tenemos un trabajo estable, tenemos un hogar propio, cuando hacemos el mismo camino hacia el trabajo todos los días, etc. Cuando cada cosa ocurre a la misma hora y con las mismas palabras (“es hora del desayuno”, “vamos a dormir”), la persona anticipa lo que viene y se siente más tranquila


Evitar cambios bruscos de horarios o de vocabulario ayuda a que las cosas sean más previsibles. Aunque parezcan pequeños detalles, estos hábitos favorecen que se sientan orientados y con tranquilidad.


7. Cuida tu propio bienestar emocional      

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La paciencia no es infinita, y cuidar a alguien con deterioro cognitivo puede desgastar mucho. Por eso, también es importante reconocer cuándo uno necesita descansar o pedir ayuda.


Si notas que estás a punto de perder la calma, date permiso para parar, respirar o pedir a otra persona que te releve unos minutos. Cuidar de alguien no significa hacerlo todo solo. Un cuidador que descansa bien, comunica mejor, transmite más serenidad y comete menos errores. No somos superhéroes, en cualquier momento podemos necesitar ayuda o un descanso, busca ayuda si lo necesitas

 


Después de haber leído lo anterior y haber comprendido muchas cosas que podían provocar frustración en el paciente y en nosotros mismos, podemos llegar a la conclusión de que hablar con una persona con deterioro cognitivo no se trata solo de encontrar las palabras adecuadas, sino de transmitir calma, comprensión y respeto. La comunicación puede ser una fuente de frustración… o una oportunidad para conectar desde otro lugar más emocional y humano.


Cada palabra amable, cada mirada paciente o cada silencio compartido, hace que nuestro familiar o paciente recuerde la persona importante que sigue siendo y que no está sola.


“Estoy aquí contigo, aunque no lo recuerdes. Y seguiré a tu lado, aunque las palabras se olviden”

 

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