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Cuidar sin desproteger

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Cuidar sin sobreproteger: cómo fomentar la autonomía de la persona mayor


Cuando cuidamos a alguien que queremos, lo hacemos con todo el amor posible. Queremos que esté bien, que no le falte nada, que no sufra. Y muchas veces, sin darnos cuenta, terminamos haciendo todo por esa persona


Pero… ¿y si te dijéramos que eso, a la larga, puede hacerle más daño que bien? 


En esta entrada del blog queremos hablarte de algo muy importante:

Cómo cuidar sin sobreproteger. Porque ayudar no es hacer todo por el otro, sino ayudarle a hacer por sí mismo lo que todavía puede hacer


¿Qué es la sobreprotección? 

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La sobreprotección ocurre cuando hacemos cosas que todavía la persona a nuestro cuidado podría hacer sola (vestirse, moverse, elegir, decidir, etc.) y lo hacemos nosotros por ella, ya sea por miedo a que se haga daño o pensando que le ahorraremos energía.

Aunque el 100% de las veces lo hacemos con buena intención, esto tiene un efecto negativo a largo plazo y te explicamos por qué:


  • Le quitamos la oportunidad de seguir practicando su independencia. Una de las cosas más duras en esta vida es perder la autonomía, un precio que todas las personas debemos pagar conforme nos hacemos más mayores. El envejecimiento es aceptar la pérdida de funciones de manera progresiva, pero el ser humano sobrevive a base de propósitos, el retirar la independencia de una persona cuando aún no debe perderla es duro, y puede provocar efectos nefastos en su salud

  • Le hacemos sentir inútil o incapaz. Sentimientos que promueven el empeoramiento de la salud mental y que van evolucionando negativamente con riesgo de sufrir depresión en la persona mayor

  • Aceleramos su pérdida de capacidades físicas y mentales. Como consecuencia de lo anterior y como hemos dicho, todo evoluciona a un empeoramiento en la salud física y mental


Vamos a saber detectar las diferentes señales de que estás sobreprotegiendo a la persona que cuidas

¿Te suena alguna de estas frases? 

  • "Ya lo hago yo mamá, no te preocupes"

  • "Ayúdale a moverse del sillón a la cama, es que si lo hace solo se va a caer"

  • "No le dejo hacer nada, así nos aseguramos que está más seguro y evitamos tener que ir al hospital por cualquier accidente"

Si reconoces alguna de estas frases, quizás sin darte cuenta, estás anulando su autonomía y ¡recuerda!: la persona necesita seguir sintiéndose útil para tener su propósito y encontrar un motivo por el cual vivir


¿Por qué es tan importante fomentar su autonomía? 

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Mantener la autonomía dentro de sus capacidades ayuda a:


  • Conservar la movilidad y la fuerza muscular. Como hemos dicho, el envejecimiento es sinónimo de pérdida progresiva, si no ayudamos a mantener una buena movilidad y fuerza muscular, la persona se irá deteriorando físicamente

  • Estimular la memoria y la toma de decisiones. Cuando dejamos que la persona actúe de manera independiente, impulsamos el ejercicio de su capacidad cognitiva y mejoramos o, al menos mantenemos su memoria

  • Mejorar el estado de ánimo y la autoestima. La persona se siente bien consigo misma, eso favorece una buena salud mental

  • Reducir el riesgo de dependencia total. Seguramente nuestro familiar ya ha perdido múltiples capacidades para realizar de manera independiente actividades de la vida diaria, pero no todas. Tenemos que incidir en aquellas que no se han perdido para mantenerlas, y estudiar cuáles de ellas sería capaz de recuperar


Todo lo anterior lo podemos resumir en “Una persona mayor activa es una persona más feliz y más sana”


Desde Cuidado Íntegro vamos a dar una serie de consejos para fomentar la autonomía sin dejar de cuidar


  • Anímale a hacer lo que todavía puede hacer. Si puede vestirse solo, aunque tarde más, déjale hacerlo. Si puede caminar con bastón, no uses la silla de ruedas todo el tiempo. Dale tiempo y espacio, aunque cueste un poco más

  • Pregúntale antes de decidir por él. "¿Te apetece levantarte ya?", "¿Qué quieres comer hoy?" o "¿Prefieres esa camisa o la otra?". Decidir por sí mismo le da sensación de control sobre su vida

  • Adapta el entorno para que sea más seguro. Muchas veces sobreprotegemos por miedo a una caída o accidente. Pero en lugar de hacer todo por él, prepara la casa para que se pueda mover sin riesgos:

    • Colocar barras en el baño

    • Iluminación clara

    • Alfombras antideslizantes en la ducha

    • Sillas con apoyabrazos

    • Calzado adecuado para andar por casa

    • Eliminar escalones si los hay

  • Marca pequeños objetivos diarios. "Hoy intenta ponerte los zapatos solo" o "Hoy vamos a caminar hasta la puerta del jardín". Estos pequeños logros diarios refuerzan su autoestima y mantienen sus capacidades físicas y mentales

  • Refuerza lo positivo (“Refuerzos positivos”). Cuando lo intente, anímale, aunque no lo haga perfecto "¡Muy bien! ¿Ves cómo puedes hacerlo? Has tardado un poco, pero lo has conseguido". El refuerzo positivo es la mejor herramienta para mantener la motivación


Vamos a resumir lo anterior para quedarnos con un mensaje claro


Cuidar bien no es hacer todo por la persona, es ayudarle a mantener lo que todavía puede hacer y todavía mejor, ayudarle a recuperar lo que ha podido perderPorque cada pequeña acción que hace por sí misma es una victoria para su dignidad, su salud y su felicidad


En Cuidado Íntegro, creemos que el cuidador no solo protege, también empodera. Y para eso, debemos aprender, escuchar y confiar en nuestro paciente

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